Hoy como ya reiteradas veces fui a visitar a mi psicóloga, fui a recibir los resultados de unos test, eran esos típicos de dibujos. Llegué a la hora como de costumbre, pero ella se atrasó entre 20 o 30 minutos, nunca me a gustado esperar, me impacienta; al recibirme me saludó cordialmente con su voz suave y agradable, me dijo que esperara unos instantes porque le urgía ir al baño, asentí a su petición, se demoró varios minutos.
Al llegar me dijo -tengo listos tus resultados,. .. pero-...con ese maldito ªperoª. .ya me comenzaron a arder las viceras... tengo que imprimirlos fue lo último que dijo.. Cuando llegó con los papeles, comenzamos a leerlos juntos, decía muchas cosas de mi personalidad pero eran todas negativas, dijo que era sicótico, impulsivo, calculador e infinidades de rasgos que nunca me había imaginado.
En medio de la lectura comenzó a sonar el fono y al contestar, se levantó, se dispensó y salió. Al llegar, de la rabia y cólera que sentí me lanzé sobre ella, tomé un lápiz y se lo enterré en un ojo, sus gritos fueron agudos pero faltos de aire, agarré el telefono y comencé a golpearle la cabeza de tal forma que quedé cubierto de sangre, con su vizcosidad escribí en la pared "Hasta cuando te espero", luego me limpié, me arregle la ropa y salí como si nada hubiera ocurrido, tan calmado y tranquilo como soy y todos creen que lo soy...
http://tuvida.aol.com/moda-y-belleza/fotos/estrellas-sin-maquillaje
Al llegar me dijo -tengo listos tus resultados,. .. pero-...con ese maldito ªperoª. .ya me comenzaron a arder las viceras... tengo que imprimirlos fue lo último que dijo.. Cuando llegó con los papeles, comenzamos a leerlos juntos, decía muchas cosas de mi personalidad pero eran todas negativas, dijo que era sicótico, impulsivo, calculador e infinidades de rasgos que nunca me había imaginado.
En medio de la lectura comenzó a sonar el fono y al contestar, se levantó, se dispensó y salió. Al llegar, de la rabia y cólera que sentí me lanzé sobre ella, tomé un lápiz y se lo enterré en un ojo, sus gritos fueron agudos pero faltos de aire, agarré el telefono y comencé a golpearle la cabeza de tal forma que quedé cubierto de sangre, con su vizcosidad escribí en la pared "Hasta cuando te espero", luego me limpié, me arregle la ropa y salí como si nada hubiera ocurrido, tan calmado y tranquilo como soy y todos creen que lo soy...
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